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IGLESIA SAN MIGUEL ARCANGEL EN HUIZUCAR



Figura 1. Altar principal
La principal atracción del municipio de Huizúcar es la iglesia colonial, construida en el año 1774, conserva casi intactos diversos aspectos como decoración, templo y altares. La iglesia de San Miguel Arcángel de Huizúcar ha resistido estoicamente al menos 10 terremotos, guerra, lluvias torrenciales y ventiscas. 

En su interior se respira un aire añejo que emana de sus antiguos y gruesos muros, altares barrocos llenos de imaginería colonial, vigas labradas de estilo múdejar y una silla en forma de aguila bicéfala-escudo del Rey Carlos V-, supuestamente fue enviada por él mismo como regalo a la incipiente población muchos años antes, cuando éste inmueble era una hermita. La fachada de la iglesia posee un estilo austero, adornado únicamente por la imagen en piedra del arcángel y unas molduras en forma de arcada.

Las paredes del templo están hechas de una mezcla de adobe y piedra, las que alcanzan un espesor de hasta 1.50 m; las columnas interiores están construidas con troncos de güachipilín, madre cacao, bálsamo, copinol y guiligüishte; los altares laterales fueron tallados a mano y son una mezcla de estilos gótico, romano y barroco.

La iglesia San Miguel Arcángel, en Huizúcar, departamento de La Libertad, parece un ladrillo gigante y blanco. No luce como una reliquia con 230 años de historia. Es tosca, bajita, de un solo cuerpo, y sin campanario, aunque alguna vez lo tuvo anexo a su fachada, que como en muchas capillas coloniales, está de cara al poniente.

Figura 2. Altar barroco 
La capilla de Huizúcar no resplandece hacia afuera: es una iglesia silenciosa que sorprende de las puertas hacia adentro. Nueve altares de madera barrocos de más de 200 años de antigüedad bañados y restaurados en pan de oro, óleos y pinturas e imágenes de mampostería de similar edad, grandes columnas y listones horizontales de acabados mudéjares andaluces como pocos en el país, libros religiosos de principios del siglo XIX, muebles antiguos y bañados en oro, cálices de plata, misales romanos, y otros objetos más. Bienes que son el celo de los parroquianos.






Fuentes:

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